Un dragón en el cielo y un gesto que no olvidaré

El atardecer de Culiacán y la esperanza de la paz

Alfredo J.Alfredo J. | July 04, 2025 | Categories: sunset, stormchasing, atardecer | Tags: stormchasing, storms, atardecer, sunset, monsoon, sinaloa, culiacan, sigma, sigma-24mm, nikon

Un dragón en el cielo y un gesto que no olvidaré

Ayer vi el atardecer más épico de mi vida.

No lo digo a la ligera. He cazado cielos durante años. Pero lo de ayer fue otra cosa.

Desde lo alto de un cerro, en el centro de la ciudad, mis cámaras hacían su trabajo: un timelapse que atrapaba una coreografía de fuego y nubes. El cielo tenía una forma inconfundible: un dragón expulsando luz y fuego. Y sí, lo sé… suena fantástico, pero así fue.

Mi hijo, que me acompaña a todos lados (ya saben, cosas de padres solteros), me dijo que tenía que ir al baño. Luego, le llegó la sed. En ambas ocasiones tuve que alejarme del equipo, del teléfono que controlaba las cámaras, de todo.

Pedí a dos grupos de personas distintas, completamente desconocidas, que me ayudaran a cuidar mis cosas. En lo que llevaba al chamaco a cumplir sus necesidades.

Y lo hicieron.

En plena guerra. En una ciudad con casi 10 meses de terror acumulado. Con helicópteros artillados volando bajo casi diario, 10 casas baleadas a la vuelta de mi casa, y enfrentamientos todos los días. En esa ciudad, confié en extraños. Y funcionó.

No voy a decir que “somos más los buenos”, porque es muy probable que no. Pero sí puedo decir con certeza que todavía habemos culichis buenos. Personas que ayudan, que cuidan, que entienden. Y que no nos hemos ido. Que no nos vamos. Al menos todavía no.

Ese gesto fue una llama de esperanza. Porque entre la desconfianza sembrada, la tristeza acumulada y la rabia callada, sigue habiendo humanidad. Sigue habiendo quien resiste.

Yo sigo aquí. Con mi hijo, con mis cámaras, con mis miedos.

Pero también con mi terquedad, con la memoria de Ayapín y con la convicción de que algún día este cielo volverá a ser nuestro.

Hasta entonces, seguiré cazando tormentas… y gestos como estos.

Porque aquí seguimos, aunque el gobierno no.